Tenemos que aceptar la fusión entre el mundo online y el offline, ya nada volverá a ser como antes, y mientras más pronto lo entendamos esto nos ayudará a no quedar fuera y obsoletos, con las nuevas y futuras generaciones. “Nuestros niños, adolescentes y jóvenes son, también, radicalmente diferentes a los adultos. Ahí nos encontramos con conceptos como los de nativo y residente digitales, generaciones X, Y y Z referidos a esos estudiantes que pueblan el sistema. Así, resultaría incomprensible que en una sociedad digital con estudiantes de esas generaciones, no arbitrásemos modelos educativos digitales, aprendizajes digitales. Si la educación actual no se integra en la realidad digital que nos circunda, otros actores ocuparán su lugar.” (Orellana, Natividad, Gabard, Pérez, Carbonell,2017)
Ahora si bien es cierto que
necesitamos actualizarnos en el conocimiento de las TIC, no tenemos que
volvernos unos expertos, para poder tener una parte activa en la formación y
educación de nuestros adolescentes, como mencionaba al principio, la tecnología
es una herramienta no es la vida misma, debemos crear una sinergia entre los
adolescentes y todos los que estamos interesados en ayudar en la construcción
de una identidad sana para esta generación, tenemos que ser los árbitros en el
uso correcto de estas tecnologías, es
necesario por tanto saber que así como todos estos cambios a través del mundo
digital han traído grandes beneficios para nuestros jóvenes, también han traído
graves problemas y es ahí donde nosotros podemos educar y ayudar.
“Se está dando la voz de alarma sobre
diferentes problemáticas que se están produciendo en este nuevo medio
socializador, como es el caso del «ciberbullying». Un tipo de acoso que se
ejerce a través de internet y que se produce entre escolares (Smith et al., 2008)
y también puede darse en relaciones de noviazgo entre jóvenes (Durán &
Martínez-Pecino, 2014). Conectados con este fenómeno también se destacan otras
problemáticas ejercidas bajo un contexto erótico-sentimental, como son: el
«grooming», acoso ejercido por un adulto hacia un o una menor a través de
internet (Pérez-San José et al, 2011); el «sexting», fenómeno referido a la
difusión de contenidos de tipo sexual a través de internet (Mitchell,
Finkelhor, Jones & Wolak, 2012); y el «sextorsion», chantaje realizado a
partir de la posesión de una imagen íntima de la víctima (Flores, 2010).” (Orellana, Natividad, Gabard, Pérez,
Carbonell,2017)
Tenemos que entender que la educación
y los valores no cambian, y estos pueden ser aplicados a cualquier contexto, aun
al tecnológico, por eso necesitamos no perder nuestro nivel de influencia en
los adolescentes, y hacerles sentir que formamos un equipo con ellos donde si bien podemos pedirles ayuda de vez en cuando, si nos
atoramos con el uso correcto de los dispositivos digitales,ellos sepan también que nosotros podemos enseñarles y ayudarles a manejar
situaciones como las ya mencionadas, creando un vínculo de confianza y comunicación. Antes cuidábamos a nuestros niños y
jóvenes desde el patio de la casa o en el parque de la cuadra, hoy tenemos que
cuidar y educar desde el patio digital, es importante nuestra presencia en este
lugar.

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