viernes, 20 de agosto de 2021

Introducción.




Uno de los principales retos en la etapa adolescente es la construcción de su  identidad, ahora ¿A qué nos referimos con identidad? Según la teoría de Erikson: “La identidad constituye una concepción coherente de uno mismo, que incluye las metas, los valores y las creencias con las que la persona adquiere un compromiso sólido. Para la construcción de la identidad los jóvenes deben dar respuesta a las siguientes cuestiones: la elección de su ocupación, los valores con los cuales se comprometen (religiosos, políticos, étnicos, etc.) y la formación de una identidad de género y sexual satisfactoria, que son los diferentes escenarios propuestos” (Erikson, 1971)

Como nunca antes en la época postmoderna  los procesos de elección y construcción de identidad se están edificando de una manera muy diferente a las épocas anteriores, durante años estuvimos acostumbrados a un mundo estable, y sólido, donde ya sabíamos que era lo que seguía, nacer, estudiar, graduarse, casarse, tener una familia, había una noción muy clara de lo que era bueno o malo, pero ahora en la era de la tecnología, hay tantos cambios disruptivos, los adolescentes están siendo condicionados e influidos, por el mundo digital, esto ha ocasionado que su desarrollo, ético, moral y psicosocial  se vea afectado, ya que esta generación ha nacido con celulares, computadoras  y vídeo juegos en sus manos, por eso ahora se les conoce como nativo digitales, pasan más tiempo detrás de una pantalla que en el mundo real, lo que hoy es novedoso, mañana se vuelve obsoleto y así sucesivamente todo esto ha propiciado demasiados cambios en un período de tiempo muy corto, y esto es solo una de las muchas cosas que han afectado notablemente la conducta en los adolescentes.

Todos los que hoy somos abuelos, padres, maestros o mentores de estos adolescentes, no nacimos como nativos digitales, y muchas veces hemos tomado posturas, demasiado extremistas, como el negarnos al uso de redes sociales, o simplemente conformarnos con la más minina participación  e información del mundo digital, algo que no podemos negar es que las  tecnologías  de  la  información  y  la  comunicación (TIC), llegaron para quedarse, y si no nos subimos al tren de información de este mundo actual los que quedaremos obsoletos en nuestra influencia y ayuda a los adolescentes seremos nosotros.

Me gustaría compartir tres cosas que considero podrían ayudarnos a resolver esta problemática:













1) Recuperar nuestra influencia al recuperar nuestra propia identidad.

 


Muchas veces somos nosotros (Padres, maestros, mentores, psicólogos,) quienes menoscabamos nuestra autoridad e influencia ante los adolescentes, al sentirnos ignorantes ante las TIC, ya que nuestros niños desde temprana edad, ya manejan los celulares, pantallas táctiles, vídeo juegos, computadoras, etc. Y sin darnos cuenta hacemos comentarios tales como: ¡Es un genio!, ¡Que inteligente es!. O les entregamos nuestro móvil para que nos ayuden a resolver algo que nosotros ignoramos como se maneja y hacemos comentarios como: Ayúdame, soy un tonto no se usar esto; Soy un burro necesito tu ayuda.

Este tipo de situaciones ha hecho que los adolescentes, consideren a sus padres, maestros y mentores, precisamente eso: gente ignorante, que no sabe nada, inferiores a ellos en conocimientos, por supuesto ellos ya no son modelos a seguir y mucho menos una influencia positiva para sus vidas. El hecho de que no seamos expertos en el uso de las TIC, no nos hace tontos, simplemente ignoramos algo, pero eso no hace que nuestros adolescentes sepan más que nosotros, nosotros hemos tenido, muchos años más de educación, y experiencias de vida, que son invaluables, así que la primera solución que propongo es que ya dejemos de minimizarnos ante los adolescentes y al mismo tiempo dejar de idealizar  a los niños como genios solo porque usan el móvil mejor que nosotros, eso no les dará una identidad correcta, ni éxito en la vida, sino aprenden muchas de las lecciones que nosotros podemos enseñarles y ayudarles en la formación de su carácter. Necesitamos enseñarle a los adolescentes a darle el correcto lugar a la tecnología como una herramienta para mejorar nuestra calidad de vida en muchas áreas, pero no como la que determinará y dictará el rumbo de la misma , para eso necesitan saber que los que no somos nativos digitales tenemos mucho que podemos aportarles.



2) Necesitamos dejar de tener miedo a lo nuevo.

Es muy común escuchar que los tiempos pasados fueron mejores que estos, lo decimos tal vez con demasiada frecuencia, pero lo cierto es que esos tiempos ya no volverán, y si seguimos aferrándonos a lo que antes teníamos no podremos avanzar, ni ayudar a las futuras generaciones, como mencione en párrafos anteriores, las TIC, llegaron para quedarse, así que somos nosotros los que tendremos que actualizarnos y conocerlas. Una realidad es que, aunque no somos nativos digitales, podemos volvernos inmigrantes digitales. Hemos estado hablando sobre nativos e inmigrantes digitales ¿De dónde salen estos términos?

“Prensky (2001) utiliza por primera vez los términos “nativos digitales” e “inmigrantes digitales” para hacer una diferenciación entre quienes nacieron antes que se diseminaran las tecnologías y quienes lo hicieron después. Para este autor, los estudiantes de hoy son “hablantes” naturales del lenguaje de las computadoras; estudian, se comunican y juegan utilizando todas las herramientas “en línea” que tienen a su alcance. Por el contrario, los inmigrantes se “instalaron” más tarde en el proceso de penetración y apropiamiento tecnológico, y participaron en un proceso de socialización diferente; se adaptaron paulatinamente al entorno para no quedar rezagados y trataron de evitar la brecha digital que se presenta entre estas “generaciones” como una nueva forma de desigualdad social.” (Sánchez, 2013)

Tenemos mucho que hacer respecto a esto para no quedar rezagados ya que si queremos ayudar y educar a los adolescentes, tenemos que comprender que ellos aprenden desde el mundo digital, necesitamos actualizarnos, en el uso de cada una de estas tecnologías, sino ellas terminarán por arrasarnos,  por eso les pido a todos los que estamos tratando con adolescentes, en casa, en la escuela, en la terapia, en el consultorio médico, donde nos encontremos, tenemos que ser proactivos, en crear y determinar tiempo para aprender y movernos en la era tecnológica, porque es la realidad que nuestros jóvenes están viviendo hoy, si queremos entenderlos tenemos que  adentrarnos en su mundo y hoy por hoy,  su mundo es el mundo digital.

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3) No censuremos lo digital sino aprendamos a educar digitalmente.

 


Tenemos que aceptar la fusión entre el mundo online y el offline, ya nada volverá a ser como antes, y mientras más pronto lo entendamos esto nos ayudará a no quedar fuera y obsoletos, con las nuevas y futuras generaciones. “Nuestros niños, adolescentes y jóvenes son, también, radicalmente diferentes a los adultos. Ahí nos encontramos con conceptos como los de nativo y residente digitales, generaciones X, Y y Z referidos a esos estudiantes que pueblan el sistema. Así, resultaría incomprensible que en una sociedad digital con estudiantes de esas generaciones, no arbitrásemos modelos educativos digitales, aprendizajes digitales. Si la educación actual no se integra en la realidad digital que nos circunda, otros actores ocuparán su lugar.” (Orellana, Natividad, Gabard, Pérez, Carbonell,2017)

 

Ahora si bien es cierto que necesitamos actualizarnos en el conocimiento de las TIC, no tenemos que volvernos unos expertos, para poder tener una parte activa en la formación y educación de nuestros adolescentes, como mencionaba al principio, la tecnología es una herramienta no es la vida misma, debemos crear una sinergia entre los adolescentes y todos los que estamos interesados en ayudar en la construcción de una identidad sana para esta generación, tenemos que ser los árbitros en el uso correcto de estas tecnologías,  es necesario por tanto saber que así como todos estos cambios a través del mundo digital han traído grandes beneficios para nuestros jóvenes, también han traído graves problemas y es ahí donde nosotros podemos educar y ayudar.

 

“Se está dando la voz de alarma sobre diferentes problemáticas que se están produciendo en este nuevo medio socializador, como es el caso del «ciberbullying». Un tipo de acoso que se ejerce a través de internet y que se produce entre escolares (Smith et al., 2008) y también puede darse en relaciones de noviazgo entre jóvenes (Durán & Martínez-Pecino, 2014). Conectados con este fenómeno también se destacan otras problemáticas ejercidas bajo un contexto erótico-sentimental, como son: el «grooming», acoso ejercido por un adulto hacia un o una menor a través de internet (Pérez-San José et al, 2011); el «sexting», fenómeno referido a la difusión de contenidos de tipo sexual a través de internet (Mitchell, Finkelhor, Jones & Wolak, 2012); y el «sextorsion», chantaje realizado a partir de la posesión de una imagen íntima de la víctima (Flores, 2010).” (Orellana, Natividad, Gabard, Pérez, Carbonell,2017)

 

Tenemos que entender que la educación y los valores no cambian, y estos pueden ser aplicados a cualquier contexto, aun al tecnológico, por eso necesitamos no perder nuestro nivel de influencia en los adolescentes, y hacerles sentir que formamos un equipo con ellos donde si bien podemos pedirles ayuda de vez en cuando, si nos atoramos con el uso correcto de los dispositivos digitales,ellos sepan  también que nosotros podemos enseñarles y ayudarles a manejar situaciones como las ya mencionadas, creando un vínculo de confianza y comunicación. Antes cuidábamos a nuestros niños y jóvenes desde el patio de la casa o en el parque de la cuadra, hoy tenemos que cuidar y educar desde el patio digital, es importante nuestra presencia en este lugar.


Conclusión:

 

Tenemos que educar y eso ha sido siempre aun antes de lo digital, los principios son los mismos, nuestro trabajo es ser proactivos en buscar como aplicar esto en el mundo digital y para eso es necesario adentrarnos en él, no podemos dejar la identidad y la vida de nuestros adolescentes, en manos de youtubers, influencers, y la gran desinformación que puede circular en las redes, esto es equivalente  a permitir que un extraño de dudosa reputación o procedencia quisiera pasar tiempo con ellos sin antes pasar por nuestra supervisión y autorización.

 

Debemos aprender a vivir en esta nueva era tecnológica, sacando el máximo provecho de todos los beneficios que nos aporta, y no tener miedo a educar en el mundo digital, aun tenemos mucho que contribuir en la formación de identidad de nuestros adolescentes y las futuras generaciones.

 




Referencias:

 

Erikson, E. (1971). Identidad, juventud y crisis. Buenos Aires: Paidós.

García Aretio, L. (2019). Necesidad de una educación digital en un mundo digital. RIED-Revista Iberoamericana De Educación a Distancia22(2), 9–22. https://doi.org/10.5944/ried.22.2.23911

García Aparicio, Virgilio , & Rodríguez Jiménez, Marta (2014). LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD ADOLESCENTE EN INTERNET. Revista Internacional de Psicología del Desarrollo y de la Educación, 7 (1),569-577.[fecha de Consulta 6 de Mayo de 2022]. ISSN: 0214-9877. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349851791058

Orellana Alonso, Natividad & Gabard, Sara & Pérez Carbonell, Amparo (2017). La comunicación adolescente en el mundo virtual: Una experiencia de investigación educativa. Revista de Investigación Educativa, 35 (1),251-267 ISSN: 0212-4068. Disponible en:  https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=283349061015

Prensky, M. (2001, octubre). Digital natives, digital inmigrants. On the Horizon, vol. 9, núm. 5


Introducción.

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